miércoles, 9 de julio de 2008

La cena del G-8

Dicen los periódicos y cadenas televisivas que los 8 GRANDES, el G-8, es decir, EE.UU., Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Canadá, Japón y Rusia, se han reunido en Hokkaido, Japón, para tratar de solucionar los problemas del alto precio del petróleo y los alimentos, del cambio climático, de las elevadas presiones inflacionistas, porque suponen "un serio reto" para la economía mundial. Allí, al final, expresaron su “profunda preocupación” por todos ellos.

Después de la preocupación llegó la bronca. El G-8 recordó a los mayores exportadores de alimentos muchos de los cuales se encuentran en Asia y en el Tercer Mundo sus obligaciones, a saber, que no deben reducir sus ventas con la excusa de tener que atender en primer lugar las necesidades de sus propias poblaciones.
¡Pero, bueno! ¡Qué se han creído estos parias tercermundistas, que aún están en una economía agrícola!, debieron pensar.
Sin embargo, ellos, norteamericanos y europeos, no revisan sus prácticas proteccionistas en forma de millonarias subvenciones a su industria agropecuaria.

No, no y no. La verdad. Los 8-GRANDES, Bush, Merkel, Brown, Berlusconi, Sarkozy, Fukuda, Harper y Medvedev y sus respectivos cónyuges fueron a Hokkaido para “papear”, para “zampar”. Celebraron las conclusiones sobre la crisis alimenticia con un suculento banquete, se dieron una opípara cena formada por 19 platos. ¡Hipócritas!

El menú, había sido preparado por el único chef japonés con una estrella Michelin, Katushiro Namakura, que lo bautizó con el nombre 'Bendiciones de la Tierra y del Mar', debido a que en la veintena de platos mostraba las delicias de la isla de Hokkaido, entre ellos: sopa de almejas, congrio con azucenas, langostinos, rollitos de anguila o cordero lechal, maíz con caviar, dados de atún con aguacate y gelatina de soja o almejas hervidas, pasando por salmón ahumado y erizos de mar, trocitos de gambas, ternera, verduras... Los mejores “delicattessen” para los mejores.


¡Qué sinvergüenzas! 3.560.346 de euros ha sido la factura de esa cumbre, mientras millones de personas se mueren de hambre. Pero, ¿por qué nos sorprende?, ¿qué esperábamos?, qué se flagelaran, que hicieran dieta?

Sólo Zapatero ha criticado la cuchipanda "No he visto el menú, pero creo que con dos platos se come bien". No se, no se. Yo creo, que eso no es un ataque de ética socialista en favor del hambriento proletariado, más bien, creo que es que tiene envidia.

Quizás, lo que hay que hacer empezar a afilar la guillotina, a ver si se les trae algún recuerdo o más bien, por no ser crueles, lo mejor hubiera sido echar unos polvillos blancos en el postre, para que les entrara una diarrea irreversible y tuvieran que salir del comedor, agachados con las manos en la barriga, cagándose la pata abajo.

Je, je, je.. La Merckel, agachada, la pata abajo…

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