viernes, 1 de agosto de 2008

El "santero", condenado

El lenguaraz periodista y voz dura de la COPE, Jiménez Lozanitos, “el santero”, veranea este año por las Salas de Justicia, de tribunal en tribunal. Esta teniendo un estío togado. Recursos y casos pendientes (Cebrián, Dr Montes, la policía…) anuncian un otoño e invierno por la misma ruta turística.


Llama la atención la obsesión de los jueces por las multas como penalización, a lo mejor, porque es lo que más duele. ¡Hay que ver cómo se explayan condenando con ceros a la derecha!:
--60.000 € de multa por intromisión ilegítima en el honor de ERC, a la llamó “partido separatista, aliado de ETA, pistoleros no arrepentidos….”
--3.000 € por acusación de terrorista al juez Carlos Fando.
--36.000 € tras el juicio al que le llevó Ruíz Gallardón, alcalde de Madrid, a quien llamó “traidor, siniestro, bandido, caradura, lacayo del Gobierno …”.
--100.000 € en el juicio de Zarzalejos, ex director de ABC, a quien califico de “sicario, falsario, necio, detritus, inútil, escobilla para los restos, carcalejos …”.
¡Atención, 199.000 € de multas, más de 33 millones de pesetas!
¿De donde va a sacar tanto dinero el de “El Tremedal”?, ¿predicarán una colecta los obispos?

Sin embargo, lo que más le dolerá será tener que ”leer integramente el fallo de la sentencia en su programa” y pagar lo que valga “poner la sentencia en las cabeceras de otros periódicos”. ¿Titubeará, tragará saliva, se pondrá colorado, dirá tacos, le dará un soponcio, arremeterá, a continuación, con furia…? ¡Morbo, morbo!



El “santero” ha tenido la lengua larga y ahora va a tener que tener las orejas grandes para escuchar lo que le viene. Es licenciado en Lengua y Literatura española, domina la palabra, es imaginativo, creativo, irónico, mordaz, pero traspasa los límites del honor y se hunde en el insulto. ¡Lástima que no tenga continencia! Es difícil asumir lo que dice, pero resulta atractivo cómo lo dice. La imprudencia y el gusto por herir le pierden.

Se ha puesto a mal con sus colegas y con los jueces –error, porque tienen la sartén por la mango-. M.A. Iglesias, E. Ekaizer, E. Sopena … van a su degüello, a la yugular. Digno de otra sentencia millonaria sería el artículo de Daniel Anido, director de la SER el 17 de abril de este año, titulado “La baba de la pluma”, que reproduzco:

"La baba en la pluma"
DANIEL ANIDO/ DIRECTOR de CADENA SER 17-04-2008
"Cuando fluye la baba y el periodismo se acojona la tiniebla va cubriendo el espacio vacío; un territorio abandonado que ocupan pajilleros, reprimidos, grasientos, puteros, siniestros, cobardes y acomplejados, con nombres y apellidos.

Son de ilustres burgos, ansones, losantos, pejotas, usias y alguna que otra schlichting, pero segregan ese líquido viscoso y corrompido por la comisura de sus parpados, acentuando el asco que desprende su mirada.
Tenemos que mirar sus caras, seguir con atención el recorrido; ver como avanza ese residuo pútrido que desciende por los pliegues hasta la boca, como carcome gota a gota su lengua relamida; como la inunda y luego la desborda, para proseguir su camino hasta la mano pegajosa que sostiene la pluma y derramar allí toda su miseria.
Cuando fluye toda esta baba compartida y el periodismo se acojona, estos mirones clandestinos, estos fetichistas de la mugre, se proclaman profetas con derecho de pernada, levantan púlpitos con barrocos tornavoces, apoyan sus falanges en el antepecho, despliegan su abyección más tenebrosa y corrompen el espacio compartido.
Cuando el periodismo se acojona delante de estos usurpadores del oficio, la cloaca extiende su dominio, se adueña de la plaza pública y construye allí su pasatiempo favorito: el juego delictivo del insulto, donde prevalece y se premia la discriminación por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social, como pueden ser la orientación sexual, la fe o falta de ella, la ideología, la gestación, la edad, el nombre o el apellido.
Cuando el periodismo se acojona delante de estos mediocres, que confunden la baba con el intelecto, nuestra profesión pierde el futuro; los ciudadanos, su libertad, y la democracia, el sentido.
El periodismo tiene que hacer frente a la contaminación que desprenden estos exhibicionistas de la baba en la pluma, a la perversión que esconden bajo el necesario paraguas de la libertad de expresión.
Son previsibles. Se plantan delante de sus víctimas y abren con rapidez sus gabardinas, dejando ver su desnudez intelectual. Pero, son cobardes. Si les plantamos cara, mirando fijamente sus despojos orgánicos, señalando con el dedo su minusvalía y mostrando nuestro desprecio con una sonora carcajada, que al tiempo alerte al resto de la ciudadanía, salen corriendo a esconder sus complejos y sus colgajos... en el fango".

En fin, competencia insana entre colegas.

¿Echará la Conferencia Episcopal, que es prudente, comedida, calculadora, sensata, ejemplarizante y un poco amanerada, al “santero” de la COPE? Si esto ocurre el futuro de las ondas será muy aburrido. Un muermo.

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