viernes, 8 de febrero de 2008

Los Monegros o Las Vegas

Los Monegros se ponen de “tiros largos” y Zaragoza con Aragón, siempre Aragón.


Una “bicha”, que en términos financieros se dice Consorcio de carácter internacional, pretende levantar en los Monegros el mayor casino de diversión del mundo (32 salas de juego, 70 hoteles, 232 restaurantes, 5 parques de atracciones, 12 museos 500 comercios, auditorios, hipódromo y campo de golf…). Todo ocupará 2.025 hectáreas, empleará a 65.000 personas y aportará 677 millones de euros al año a la Comunidad Autónoma y otros 1.000 a la hacienda estatal, superando, nada menos, que al mítico “Las Vegas”.

El tal consorcio se llama de forma rimbombante “Internacional Leisure Developement” y en él participan 8 empresas internacionales con nombres aún más rimbombantes, especializadas en parques temáticos, restaurantes, cadenas hoteleras, juego.

Los Monegros: ¡Epicentro del consumismo, del despilfarro! Allí los ludópatas y enviciados acudirán a gastarse la pasta, inconscientemente. La idea ya se voceó el 17 de junio de 2007, pero hasta ahora sólo hay ruido, aún no han llegado las nueces.

¿Por qué en Los Monegros, -montes negros- que es un secarral atravesado por una autopista? Bueno, y ¿por qué Las Vegas en el desierto de Nevada?

Al Gobierno de Aragón se le han puesto los dientes largos y se ha apresurado a “facilitar” de todo: infraestructuras, suministros de energía, agua y terrenos…. ¿Qué significa este verbo transitivo?, ¿poner la alfombra a los inversores?

Desde junio la especulación no deja dormir a los bolsillos de los adinerados. Se trata de invertir antes de que suba todo. Hay que invertir en “monegros” y después caldear Los Monegros. Va a ser el pelotazo de Aragón.

La comarca, de 2.764 Km2, 21.000 habitantes, repartidos en 31 municipios y 49 localidades, con sólo 7,8 hab/Km2, espera, mientras tanto, aburrida. En cambio, los ecologistas ya andan a la greña contra la Administración. Claro, que es su obligación, para eso están, para chinchar.


Yesos, sales, cerros, barrancos, balsas saladas, suelos ocres…., donde sobreviven alacranes, escorpiones, arañas, tarántulas, cucarachas, mariposas, avispas, escarabajos, insectos, abejorros, hormigas, coleópteros, ratas, algunas perdices, conejos, zorros… en condiciones difíciles de sobrevivir, entre aliagas, estepas, tomillos, enebros, retamas y chillones campos de girasoles.
De las heladas invernales con -10º, a la canícula estival con 40º, año tras año, casi no llueve.

El silencio, la soledad, la infinitud, la calma, la sensación de vacío también están esperando.

Todo esto me recuerda al film “Bienvenido Mr Marshall”. Parece un cuento.

Ójala caiga la breva,
pero que no sea
un sitio cutre y hortera.

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