miércoles, 27 de febrero de 2008

Un Oscar para Bardem

Javier Bardem ha recibido un oscar de la glamurosa Academia de Cine de Hollywood al mejor actor secundario por la película "No es pais para viejos".


Con 39 años ha ido acumulando premios, porque es un buen actor, se trabaja su carrera, se hace valedor, se supera, es tenaz, pero también hay que tener en cuenta que su promoción para el oscar ha tenido dinero detrás y un buen equipo gestor de imagen.


Algo tendrá que ver su contexto familiar con aspecto de clan siciliano, haciendo bloque y buscando promoción en el arte. Las bambalinas, entre las que creció, algo le habrán ayudado.


Arrancó con Bigas Luna, que le dio el protagonismo en su trilogía "Jamón, jamón", "Huevos de oro" y "La teta y la Luna". Del impacto de la primera pasó a la zafiedad de la segunda y a la flojera de la tercera. Aquel era un camino sin salida, sin futuro.


Listo él, no quiso encasillarse como actor tipo del "macho hispánico" y buscó otros papeles; sin embargo, no se ha librado aún de este sambenito y, la verdad, es que su estructura musculosa (practicó rugby, pesas y boxeo en su adolescencia), su nariz y su cara desparramada le facilitan papeles de hombre agresivo, duro, superdotado, viril, que hace suspirar a un sector femenino.



¡Ah, aquel cartel de Penélope bajo los atributos del toro de Osborne, la paella, la tortilla, el ajo y el jamón. Bardem seductor de Penélope con falda de faralaes y lunares. Bardem, retrato del machismo ibérico, chulo, inmaduro, títere de las mujeres!

Bigas Luna se acabó, cuando se le fue Bardem. Bardem fue su actor fetiche. Después llegaron peliculas con morbo, como "Carne trémula", "Entre las piernas"... con papeles de subido contenido sexual y después otras más serias, como "Mar adentro".


Bardem siempre ha ido a lo suyo: el cine. Es ambicioso, pero no vanidoso, no quiere que se le note. Dice que "el éxito es como un oasis, lo bueno se puede acabar al día siguiente, el éxito es bonito mientras dura". Tampoco es narcisista: "Nunca he visto una película mía". Soltero de oro, tiene su vida privada en privado, fuera de chimorreos y prensa rosa.


Sobre el oscar ha dicho: "Es una lotería, un juego, que yo acepto, representa un accidente maravilloso, pero fortuito" y sobre su celebración: "El oscar es una excusa estupenda para tener un día de fiesta, tendrán que pasar muchas horas y muchos whiskys para asimilar el triunfo". Para más "inri" su madre le animó: "si te lo dan, diviertete". Dicen que le gustan las celebraciones alcohólicas. Seguro que cogerá una buena cogorza y ... una buena resaca.


¿Realmente es un buen actor? Aún le falta alguna demostración más. Veremos!

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