miércoles, 9 de abril de 2008

Una garrapata asesina

Una catástrofe mortal planea sobre Europa. Todos los medios de comunicación en su sección de deportes avisan. Estos son algunos de los titulares:
“Una “garrapata asesina” amenaza la Eurocopa”.
“Una garrapata puede causar encefalitis, parálisis nerviosa y la muerte en las selecciones europeas”.
“El mayor rival de las selección española será una garrapata”.
“Una garrapata problemática para Luis Aragonés”.
“Una garrapata pone en un “aprieto” a Luis Aragonés”.
“Los jugadores se vacunarán contra la garrapata”.



Yo me imagino, teniendo en cuenta estos titulares, a un bicho enorme, no un bichito, uno sólo, además femenino, que vive por Austria y Suiza y ataca los veranos, asesinando a diestro y siniestro a futbolistas y técnicos, paralizando su sistema nervioso, provocando encefalitis y muerte.
Me imagino a Luis Aragonés yendo continuamente del banquillo al water, una y otra vez, dejando abandonados a sus jugadores, por un “aprieto”, provocado por una garrapata (tener un aprieto es tener una colitis aguda y repentina).
Me imagino a 32 selecciones con 382 jugadores titulares, otros 224 suplentes y sus técnicos –unas 500 personas- contra una garrapata como rival.

Tanta es la alarma social que la UEFA, apesadumbrada y agobiada por la responsabilidad ha ordenado vacunarse a todos los deportistas y técnicos.

Yo me pregunto: ¿Por qué se hace la competición futbolística en Austria y Suiza y en verano, pudiéndose hacer en Portugal y en invierno?

No, no. El asunto es otro.

La realidad es que se trata de una conspiración maligna de periódicos, cadenas de televisión, industrias multinacionales de química, empresas de farmacia, gobiernos de Austria y Suiza y dirigentes de la UEFA.

¿Cuál es el objetivo de estos mafiosos intrigantes y retorcidos? Vender más periódicos, aumentar sus audiencias, vender vacunas y hacer propaganda del futbol. Sin embargo, Austria y Suiza han cometido una torpeza, porque, ante la maldad del “parásito”, los espectadores no acudirán a los estadios, que se quedarán vacíos y estos países quedarán como apestados.

Pero ¿y si la vacuna no da resultado?

Pues, en este caso, hay que imaginarse a los futbolistas y técnicos, rascándose las ingles continuamente, para atenuar el “pica-pica” del animalejo. ¡Qué espectáculo, yo no me lo pierdo!


Todo un problema para el entrenador Luis Aragonés, que está preocupado y no levanta cabeza.

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