lunes, 13 de octubre de 2008

El desfile es un "coñazo"

“Mañana tengo el coñazo del desfile…en fin, un plan apasionante” Esta frase la dijo el jefe de la oposición, Mariano Rajoy, a su colega de partido, Arenas, mientras los asistentes a la XIII Reunión Interparlamentaria, celebrada en La Coruña, se acomodaban. Por lo visto, se le olvidó cerrar los micrófonos.
¡Qué pena! A lo que llega el “Día de las Fuerzas Armadas”, a lo que llega la “Fiesta de la Hispanidad”, el día 12 de octubre…a la categoría de “coñazo”.

¿Donde han quedado aquellas mañanas soleadas, en las que los defensores y salvadores de la Patria desfilaban marcialmente castellana-abajo, vestidos con sus coloridos atuendos, moviendo el brazo con garbo, todos en bloque, cumpliendo giros a la voz seca y fuerte de su jefe? ¿Y aquellos legionarios de marrón verdusco, algunos con barbas, camisa remangada, marcando músculo bíceps y marcando, sobre todo, paquete en la entrepierna, guiados por una cabra como mascota? ¿Y la Guardia Civil, verde-olivo, con su tricornio de betún-negro brillante?
Ahora el desfile es un “coñazo”.

¿Y la caballería levantando chispas con las herraduras sobre el asfalto con sus jinetes estirados, guardando el equilibrio sobre la montura, cagando boñigos bajo del rabo? ¿Y los ruidosos tanques de hierro colado, pintados la víspera , con el cañón a modo de pene empalmado? ¿Y los aviones en vuelo rasante, que hacían mover la cabeza rápidamente de izquierda a derecha a los atentos espectadores, a la vez que se tapaban los oídos para evitar sus chirriantes ruidos? Siempre dejaban para el final alguna especie de cohete, que excitaba la imaginación de los curiosos, provocando comentarios: que si era un arma secreta, que si la habían comprado a los americanos, mientras algún malicioso decía por lo bajo que era de cartón y “hacían ver” que era de verdad….
Ahora el desfile es un “coñazo”.
Al desfile acudían los que habían combatido en el bando nacional, los que veían por la tele películas de la Guerra Mundial, los abuelos, añorando la “mili” con sus nietos, para quitárselos de encima unas horas a los padres y para inculcarles el amor a la Madre-Patria, algunas mozas, atraídas por la hombría de los soldados o solteras, despistando, buscando los galones y estrellas de jefes y oficiales, mientras las izquierdas, “los rojillos” se quedaban en casa o visitaban los bares, más vacíos que de costumbre, echando “pestes” contra los poderes fácticos.

Ese día también acudían Franco en su época y después la realeza y autoridades, que lo veían sentados y con sombrilla, mientras la muchedumbre estaba de pie, apretados, buscando los bajitos algún agujero entre las cabezas de los más altos, abanicándose, a lo sumo, con el periódico recién comprado o arrancando una hoja para hacerse un gorrito.
Por la Castellana pasaba la grandeza de España. La gente, amante del anual desfile, volvía a casa, sintiéndose seguro, creyendo ser del país más grande, con ganas de que se declarase otra vez una guerra contra otros ”rojos” para dar hasta la última gota de su sangre por Dios y por la Patria… ¡Inocentones!
Hoy, menos mal, el desfile ya es un “coñazo”.
Pues bien, siempre ha sido un “coñazo”. Por fin, se dice la verdad. Hasta un político rancio, tradicional, conservador… como el Sr. Rajoy, lo dice.
¡Me imagino a Rajoy haciendo la “mili”! Je, je, je ¡Que marcialidad debió tener! Je, je, je…

Las Fuerzas Armadas ya no son lo que eran: han perdido valentía, no son agresivas, están a la defensiva, se están “infiltrando” mujeres, las manda una mujer… se están convirtiendo en ONGs, en “hermanitas de la caridad”, ya nadie grita ¡el Ejército al poder! ¡Vaya ejercitucho!
Concluyendo, con el tiempo, el ejército desaparecerá y no habrá desfiles, porque son un “COÑAZO”.

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