jueves, 23 de octubre de 2008

Reflexiones difusas en tiempo de crisis

¡Pobre muchedumbre la de la clase media currante! En cambio, las catervas de parias, que no son currantes, no tienen ni crisis, ni opulencia y el cogollo de la excelencia empresarial , aprovechando comprando gangas. Es tiempo de despiece para los buitres, quebrantahuesos y pajarracos carnívoros. Al olor de carne muerta acuden planeando. ¡Al ataque de bancos y empresas en crisis! El tiburón se come al pez pequeño. Las crisis favorecen las condiciones para implantar la ley de la selva.
¡Crisis!, según para quien ¿Alguien cree que los consejeros delegados de bancos y empresas, que cobran cifras millonarias están preocupados por la crisis? Un experto en Finanzas ya puso a buen recaudo su patrimonio, cuando le vio las orejas al lobo a lo lejos, mientras que la muchedumbre no ve al lobo hasta que no lo tiene encima. Un financiero, en todo caso, se preocupa por no poder ganar como antes. Yo me imagino a estas gentes “que nunca tienen bastante”, fumándose un buen habano, mientras toman café especial de Pernambuco al lado de la 4ª querida en una suite del Ritz de la City londinense, leyendo en su e-Phone de tapas doradas las “insider trading” sobre la crisis. Se dice y es verdad que los bancos están en crisis y no tienen liquidez. La codicia les cegó y ahora el Estado pierde el culo por acudir en su ayuda ¿Por qué los Bancos no prestan dinero a particulares y el Estado les inyecta liquidez. Un año lleva el Estado poniendo inyecciones a las Entidades Usureras. Mi vecino, iluso el, pero con muy mala leche se siente manipulado y, al finalizar la conversación sobre la crisis de los Bancos, acaba:
-¡A la mierda, que se jodan!
Yo le contesto:
-¿Quién se jode más?
La muchedumbre no se entera ni puede enterarse. La información que le llega es engañosa. Mi vecino dice que la única posibilidad de solucionar la crisis es una insurrección. En este caso, me cuenta, por lo-bajini, que si hay una insurrección vaya a buscarle a los sótanos del Santander, donde irá, aprovechando el caos a por los lingotes que pueda llevarse.
-¡Iluso!, le digo yo.
Hace un tiempo me dijo, que ni siquiera en la otra vida habrá justicia, que el Limbo esta lleno de gentes de la clase media, aburridos y amorfos, mientras que los banqueros están en permanente orgía con el “rabilargo”, calentitos en las calderas de Pedro Botero. Es que mi vecino descorazona y deprime.

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