A Strauss-Kahn, director gerente del FMI, se le ha acusado de dar el puesto de becaria a una protegida, Piroska Nagy, de abuso de poder y de acoso sexual.


Las malas lenguas dicen que la rampante becaria de 26 años vio la oportunidad de ascender por los peldaños de la burocracia, si hacía carantoñas al casi jubilado director de 59 años, mientras que el citado la ayudó a subir por la escalera administrativa con algún favor profesional.
Hubo, ¡qué imprudente e incauto el gerente!, e-mails entre ambos. El marido, escudriñó el ordenador y encontró la prueba, que los relacionaba. Probablemente, en un ataque de cuernos, se le ocurrió la idea de chantajear al “jefazo” y machacar a su mujer y llamó a los medios de comunicación, dando la noticia. El marido se habrá forrado con los dinerillos de la prensa a la que se chivó y los “dinerazos”, que se sacó al “Dire”, que para eso era del Fondo Monetario Internacional.

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